«Este es el día que hizo el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él. Señor, te ruego, ¡danos la salvación! Señor, te ruego, ¡concédenos la victoria» Salmos 118:24-25 NVI

¿Alguna vez te preguntaste cuándo fue la primera vez que el ser humano celebró? ¿Cuál habrá sido su primer gesto, su reacción? Seguramente hubo una explosión de emociones. Probablemente nada robó la atención de lo que estuvieron celebrando, pero hoy en pleno siglo XXI, ¿seguimos celebrando de tal forma? Hoy en día lo que celebramos pasa al instante a un segundo plano, y continuamos nuestra vida como si nada hubiera pasado. El cerebro humano fue diseñado para celebrar. Las reacciones de tus celebraciones están vinculadas a la neuroquímica de tu cerebro. Cuando celebramos algo a propósito, nuestro cerebro responde liberando una hormona llamada dopamina. Es lo que nos pone felices y gritamos de felicidad, celebramos a lo grande. Sin embargo, nosotros los seres humanos naturalmente nos centramos en lo negativo y solemos descartar lo positivo: celebro pero con estrés, celebro pero que sea rápido, celebro pero que nadie sepa, celebro pero no al 100%, celebro pero no me emociono mucho. Así por lo regular es nuestro tipo de celebración, vivimos tan apresurados que se nos hace casi imposible simplemente apreciar, contemplar o imaginar.


¿Te preguntaste alguna vez si en algún momento Dios celebra? ¿Qué habrá sentido? ¿por qué celebró? «Dios quiere bendecirnos de esta manera porque nos eligió por amor antes de la creación del mundo para que fuéramos su pueblo santo sin falta ante él. Por el amor que tiene, Dios decidió adoptarnos como hijos suyos a través de Jesucristo. Eso era lo que él tenía planeado y le dio gusto hacerlo.» Efesios 1:4-5 PDT



Dios celebró que el plan que Él tiene con vos se llevara a cabo, te eligió por amor antes de la creación del mundo, antes de que pudieras experimentar el poder del asombro, ya Dios celebraba tu creación. Ya Dios pensaba en vos. Ninguno de nosotros hicimos esta elección, por lo que Él asume una responsabilidad mayor. Dios no nos eligió porque fuéramos buenos sino que nos escogió para que hagamos algo bueno, algo trascendente, algo que va más allá de nuestra comprensión, inclusive más allá de los siglos. Si Él dice que nos eligió antes de la creación, significa que hemos sido favorecidos por Dios mismo. Hemos sido bendecidos por Dios incluso antes de conocerlo a Él, antes de mencionar su nombre. Antes de dejar lo malo. Tenemos que saber que ninguno de nosotros tenía escapatoria, que el pecado nos aleja de Dios y que todos somos pecadores. A pesar de tu realidad, Dios te ama a pesar de nuestra realidad. Dios venció al pecado y a la muerte y acercó su reino hacia nosotros, su reino que no tiene comparación, su reino inamovible por eso celebramos hoy.

«Hagamos fiesta en este día, porque en un día como este Dios actuó en nuestro favor. Dios, Dios mío,¡danos tu salvación, concédenos tu victoria.» Salmos 118:24-25 TLA

¡Hagamos fiesta! Cuando la vida te presenta situaciones en donde crees que nadie te puede salvar, en donde inclusive te cuestiones el por qué te puede estar pasando esto a vos o a un ser querido recordá que Dios está bajo control. Dios está con vos, Dios es todo lo que necesitás. Él está para brindarte salvación, ayuda y soporte. Seguí adelante, no estás solo. La Biblia habla que Jesús anuló el acta de los decretos que nos era contrario. No había nada humano que se pudiera hacer pero el amor de Dios es tan grande hacia la humanidad que lo único que podía darnos a nosotros era la salvación, por medio de la entrega de su hijo Jesús, nuestro salvador. Teníamos una vida sin sentido, sin rumbo y Jesús entregó su vida para darnos salvación, para darnos una victoria inquebrantable, una causa más grande que nuestra propia vida, por eso celebramos la causa de Cristo. Tenemos muchas razones para celebrar. Jesús nos unió a todos, celebramos porque tenemos al Espíritu Santo, celebramos porque Jesús vendrá «¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Que todo el mundo se dé cuenta de que ustedes son buenos y amables. El Señor Jesús viene pronto.» Filipenses 4:4-5 TLA

Como iglesia celebramos cada milagro que hemos visto. Celebramos cada vez que las personas se reúnen en los grupos de conexión, cada mano levantada entregándose a Dios, celebramos que no caminamos solos. Esta es nuestra causa y tenemos una esperanza que es la vida eterna. Celebramos porque no importa el día, siempre podemos acercarnos a Dios al instante. Dios tiene poder para darte nuevas fuerzas si te encontrás sin ánimo para celebrar. Celebramos tu vida, Dios tiene lo mejor para vos, que lo conozcas mejor. 



¿POR QUÉ CELEBRAR? Nuestro cerebro está diseñado para celebrar. Celebramos porque Dios vino hasta donde nosotros para darnos salvación, para levantarnos y darle sentido a nuestra vida. Celebramos porque Dios nos ama y quiere darnos un futuro glorioso.

¿CÓMO PUEDO COMPARTIR ESTA CAUSA? Cuando aceptamos que en Jesús está nuestra salvación y nos dejamos moldear por Él vamos a llenarnos de pasión y entrega como Él lo está por las personas, y por efecto compartiremos esta gran noticia en todas partes. Podemos empezar con decir: «Jesús te ama»

¿ESTOY HACIENDO DE LA CAUSA DE DIOS MI CAUSA? Fuimos llamados a vivir por algo mucho más grande que nuestros deseos temporales. Si a causa de Dios se convierte en la nuestra, vamos a vivir cada día como una oportunidad única para llegar a muchos.

 

 

¿Te perdiste algún mensaje? Hacé click para ver todos los mensajes de VIVILO iglesia