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Es curioso ver como algo que es tan saludable y motivo de disfrute para nosotros, para otros tiene una connotación tan negativa como es el caso de la iglesia.
Hay quienes ante la palabra “iglesia” reaccionan con un rechazo absoluto sin siquiera conocer a las personas que la conforman o lo que en ella sucede. Esta situación provocó que muchos de nosotros optemos por buscar otra palabra o frase para describir a la iglesia, esquivando situaciones incómodas. Pero podemos ver en Mateo 16:13-20 como Pedro recibe una revelación de parte de Dios sobre quién era Jesús. Los mismos discípulos que venían caminando con el aún no lo tenían claro. Pedro dijo “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” a esto Jesús responde con una revelación más… “sobre esta confesión voy a edificar mi iglesia”.
Jesús deja en claro que para comprender quién es Él y aún para comprender qué es la iglesia, necesitamos una revelación que solo encontramos relacionándonos con Él.
En esta revelación, Jesús nos hace ver que Él tiene un plan que implica dar su vida para salvar la nuestra, pero además construir su iglesia para que esa vida la vivamos acompañados. ¡No estamos solos! La iglesia es el plan de Dios para que no estemos solos, para vivir en comunidad, creciendo en nuestra relación con Él y con otros.
Por eso podemos decir que ser iglesia es mucho más que pertenecer a una comunidad, la iglesia no se compara a ninguna otra reunión o acción social, porque entendemos que cuando nos unimos como iglesia, Jesús está en medio nuestro. Su amor se manifiesta trayendo salvación y transformación a quienes estamos ahí. En ninguna otra actividad o reunión ocurren milagros, vidas son transformadas, corazones son sanados y restaurados como en la iglesia.
La iglesia no es un edificio, la iglesia somos nosotros. Una comunidad que camina junta desarrollando su fe en Jesús y compartiendo este mensaje a todo su entorno, diseñada por Dios.
REFLEXIÓN
SALMOS 133:1-3
¿Qué es para nosotros la iglesia, lo que otros dicen o lo que Jesús nos revela acerca de ella?
Pueden decirnos muchas cosas acerca de nuestra fe y vida de iglesia, pero solo relacionándonos con Jesús vamos a comprender el sentido fundamental que esta tiene en nuestras vidas.
¿Estamos viviendo nuestra vida en comunidad o nos estamos aislando?
La soledad no es una circunstancia, es una decisión. Jesús vino a darnos vida pero no para que la vivamos solos. La iglesia es el lugar para compartir y disfrutar esa vida con otros. Somos la iglesia.
¿Estamos viviendo la iglesia con un corazón abierto para que Dios pueda transformarlo todo?
No limitemos la iglesia a una reunión social, ni nos desenfoquemos con cuestiones pasajeras, disfrutemos a pleno de esta comunidad en la que Dios mismo habita para hacernos crecer y cambiar nuestras vidas.