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“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” Mateo 6:19-21

Hace unas semanas atrás, cuando compartíamos acerca de ser intencionales, hablamos de cuántas cosas en nuestras vidas las hacemos por inercia. Y aunque puede resultar hasta gracioso cuando se trata de cuestiones irrelevantes de nuestra rutina, puede que esta actitud se traslade a áreas más determinantes de nuestra vida.

Somos intencionales en todo lo que nos toca vivir, incluso en medio de la tristeza, el dolor y el cansancio. Cuando somos intencionales podemos ver a Jesús en nuestras vidas. Lo que nos esté pasando no es una excusa para seguir siendo intencionales.

En Juan 21:3 vemos el relato de “La Pesca Milagrosa”. Jesús le da una orden a los pescadores, y aunque los expertos eran ellos, sin entender demasiado, obedecen la orden. Esa acción desencadenó el milagro pero también que puedan ver a Jesús.

Somos intencionales en ir en contra de nuestro orgullo. El pecado más nocivo es el orgullo, porque nos impide ver que no estamos bien. Es normal sentir orgullo, pero somos intencionales contra eso. Porque detrás de todo eso está Jesús.

Somos intencionales por todos. Entendemos que la misión que tenemos como iglesia nos trasciende. Por eso no dejamos que el dolor o el orgullo nos detengan. Seguimos siendo intencionales en expresar a Jesús en todo lugar y toda situación.

Nuestro corazón estará enfocado en aquello que consideramos importante. Seamos intencionales en aquello a lo que le damos lugar en nuestro corazón.

 

REFLEXIÓN

¿Estoy dejando que el dolor me lleve a vivir por inercia?

Seamos intencionales en caminar por encima de nuestro dolor.

¿El orgullo está siendo un impedimento para ver a Jesús?
Seamos intencionales en ir contra el orgullo, detrás de eso encontraremos a Jesús
.

¿Estoy siendo intencional en expresar a otros a Jesús?
Nuestra misión es más grande que nosotros mismos. No dejamos que nada nos detenga de ser intencionales.