«No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.» Filipenses 4.6-7

No podríamos terminar esta serie de mensajes sin mencionar y meternos de lleno en la oración tan conocida como el PADRE NUESTRO. La oración que Jesús enseño a sus discípulos, pero que hoy muchos no entienden la importancia y profundidad de ella, sino que la han llevado a simple repetición sin sentido y valor.

Nosotros creemos que la oración no es nuestro último recurso, sino que creemos que la oración tiene un gran valor e importancia, porque tiene un poder increíble para el que cree.

Pero el PADRE NUESTRO nunca fue dado para ser usada como una frase mágica a con el fin de ser simplemente repetida. Sino que Jesús la enseño como una guía.

ASI ES COMO DEBEMOS ORAR, NO LO QUE TENEMOS QUE ORAR

Mateo 6.5-15 «Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. 6 Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. 7 Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. 8 No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. 9 Ustedes deben orar así: »“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, 10 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. 11 Danos hoy nuestro pan cotidiano. 12 Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. 13 Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”. 14 »Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. 15 Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.»

 

PRIMERO ORA #1 / PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE

Jesús comenzó su oración con algo tan sencillo pero profundo, ¡PADRE NUESTRO! No dijo Padre mio. Jesús nos involucro, no nos dejo afuera.

Al orar de esta manera, estoy reconociendo quien es Dios, pero estoy creyendo que ahora tenemos una relación con Dios de padre e hijo. Al creer, Dios nos dio el poder de ser sus hijos, un derecho legal, no por méritos, sino por amor (Juan 1.12; Efesios 1.3-5).

Aunque nuestra realidad era que estábamos lejos de Dios, siendo criaturas, enemigos y perdidos en nuestros caminos y pecados, Dios pensó en nosotros (Salmos 8.4-6). Por eso al orar el PADRE NUESTRO, reconozco que ahora Dios es nuestro padre, y reconozco que soy tu hijo, hoy puedo venir a Él con confianza, porque hoy puedo tener una relación con Dios (Lucas 11.11-13).

Pero mayormente nos acercamos a Dios cometiendo todos el mismo error, sacando nuestra lista de reclamos. Nos acercamos a Dios solo para exigirle nuestras peticiones, sin tener en cuenta lo que Él tiene para decirnos.

DIOS QUIERE RELACIÓN, NO MONÓLOGOS

Olvidamos que la oración no es simplemente un monologo, sino que es una relación donde hay respuestas, hay un ida y vuelta. Pero al orar le damos mayor poder e importancia a lo que nos esta pasando y no a lo que somos y ya tenemos. Olvidamos que estamos hablando con el Dios de la creación y centramos toda la atención en nosotros, nos convertimos en oradores egoístas y demandantes.

NOSOTROS NECESITAMOS RECORDARNOS QUIEN ES DIOS

Pero también recordar que somos sus hijos amados, recordar lo que valemos para Dios, recordar cuanto nos ama. Un Dios tan grande, santo, un Dios que dice la palabra que los cielos son su trono y la tierra el estrado de sus pies, piensa en nosotros. Necesitamos recordarle a nuestros problemas quien es Dios, recordar que grande, que poderoso… pero también recordar quien soy yo para él (Mateo 3.17).

TU VIDA DA SATISFACCIÓN A UN DIOS QUE ES SANTO

Dios ya sabe cuál es nuestra necesidad, pero vos y yo nos olvidamos de quien es Él, de lo que es capas, porque estamos pendientes de nuestros problemas.



PRIMERO ORA #2 / VENGA TU REINO. HÁGASE TU VOLUNTAD, COMO EN EL CIELO, ASÍ TAMBIÉN EN LA TIERRA

Vivimos en un mundo donde pasan tantas cosas. Un mundo donde esta lleno de problemas, donde muchas veces pensamos… ¿Dónde esta Dios? Lo que vemos nos lleva a cuestionar lo que él hace, lo que no hace y quién es.

Pero al orar, Jesús nos dice que pidamos Su voluntad… no la mía. Pero nos equivocamos muchas veces al orar en pedir que las cosas sean como nosotros queremos.

DIOS SABE COMO HACER LAS COSAS BIEN

Pero el decir que se haga su voluntad, estoy reconociendo Su gran poder y soberanía aun en aquellas cosas que sobrepasan mi capacidad. Cuanta libertad de ansiedad tendríamos si conociéramos el fin de la historia.

LO QUE ESTAMOS VIVIENDO NO ES EL FIN, ES EL PROCESO

Orar por su voluntad, es recordarnos que Dios es más poderoso que las circunstancias que estemos viviendo, recordarnos que Él sigue siendo Dios y Rey. Aun cuando no entendamos lo que esta pasando o hayamos nosotros perdido el control de las situaciones, Dios sigue en control. Al decir venga Su reino, reconozco que Él tiene todo lo que necesito.

Por encima de mis deseos, es saber lo que Dios quiere. Por encima de mis anhelos, es conocer su voluntad, y esto nos libra de perder tiempo o dedicar fuerzas a lo que no conviene (Efesios 5.15-17). Debemos aprender a orar como Jesús, que aun frente a la cruz, oro para que se haga la voluntad del Padre y no la suya. (Lucas 22.42)

Al orar de esta manera, dejo de reclamar que Dios haga las cosas a mi manera y reconozco que Su voluntad es perfecta, aun cuando no la entiendo (Romanos 12.1-2). Mi vida no se convierte en el centro, el ombligo del mundo, sino que mi oración me lleva a reconocer que Dios es soberano y que Su voluntad esta por encima de mi deseos o pedidos, y confío en que Él sabe cómo hacer las cosas (Santiago 4.1-10 / 1 Pedro 5.6-7 / Juan 16.33 / 1 Juan 5.15-16).

 

PRIMERO ORA #3 / EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLO HOY

Recién después de reconocer que Dios es nuestro Padre, que somos sus hijos, que es santo y soberano, que reina, que su voluntad esta por encima de la nuestra. Es aquí donde nos invita a presentar nuestras necesidades.

No significa que tenemos que negar nuestras necesidades o problemas, porque Dios sabe cuales son nuestros problemas y necesidades aun antes de que se los pidamos, pero muchas veces las situaciones nos nubla la visión y olvidamos quien es Dios, y nos preocupamos, nos afanamos y perdemos de vista que Dios es nuestro padre que cuida de nosotros.

NOS PREOCUPAMOS POR TODO Y NO ORAMOS POR NADA

Normalmente comenzamos nuestras oraciones pidiendo por aquello que nos afana, donde centramos nuestra atención en las preocupaciones, porque nuestros deseos son intensos en querer lograr o solucionar algo, y solo vivimos con cansancio e inquietud (Mateo 6.25-34).

Dios nos ama tanto que nos invita que vayamos a Él y presentemos nuestras necesidades. Podemos pedir y decir con confianza que nos dé hoy, porque sabemos y confiamos que Dios tiene lo necesario para nosotros cada día. Pero necesitamos buscarlo con la confianza de saber quién es Él y que contamos con toda la ayuda que necesitamos para cada situación. (Hebreos 11.6 / Hebreos 4.16).

Hoy podemos acercarnos con confianza y seguridad, porque sabemos quien es Dios y quienes somos nosotros para Él.



PRIMERO ORA #4 / Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES

Aun reconociendo que Dios es nuestro Padre, hay quienes no se acercan a Él porque se auto eliminan, sienten que no son merecedores del amor o el perdón de Dios, al ver sus errores o faltas. Pero el PADRE NUESTRO nos invita a venir a Dios, a no estar lejos, porque tenemos la confianza de que nos perdona.

Dios no vino a castigarnos, a condenarnos, pudiendo hacer eso, Él decidió amarnos y dar a Jesús para perdonar nuestros pecados y darnos vida eterna. Ahora como hijos, somos amados, y aun sabemos que nada puede separarnos de Su amor (Romanos 8.28-39)

Pero no estamos ajenos a que otros nos lastimen, y vamos a vivir momentos en donde vamos a ser dañados por las personas, pero la gracia que hay en nosotros no nos permite pagar mal por mal. La gracia que recibimos es tan grande que nos da la capacidad de perdonar y no vivir esclavos del daño u ofensa. Así como Dios nos perdona, hoy usamos esa misma gracia hacia otros.

DE LA MANERA QUE RECIBO SU AMOR, AMO Y PERDONO A OTROS

Mi relación con Dios esta condicionada por como vivo la unidad con la iglesia, con la persona que está a mi lado (1 Pedro 3.7). No puedo decir que amo a Dios y no amo a mi hermano (1 Juan 4.19-20) El PADRE NUESTRO es nuestra guía de cómo orar, y me lleva a buscar a Dios, y aún a soltar las heridas, para vivir ligero y libre de pesos.

 

PRIMERO ORA #5 / Y NO NOS METAS EN TENTACIÓN, MAS LÍBRANOS DEL MAL

Dios sabe que pasamos por situaciones difíciles, al orar vamos a Dios para encontrar en Él la respuesta, la salida. (Santiago 1.12)

Mi oración es con la confianza que Dios es por mi (1 Corintios 10.13). Esto me lleva a reconocer que mis fuerzas vienen de Dios, y no a confiar en mi propia opinión o sabiduría. No importa qué tan grande parezca o sea la situación por la que estamos pasando, Él no nos va a dejar que falten las fuerzas.

EL MAL NO PUEDE VENCER LO QUE DIOS HIZO EN NOSOTROS

«Pero ahora, así dice el SEÑOR, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.» Isaías 43.1-2 

EL PADRE NUESTRO ES LA GUÍA, NO ES LO QUE TENEMOS QUE DECIR, ES COMO DEBEMOS ORAR

 

 

  REFLEXIÓN  

¿MI ORACIÓN ES UN DIALOGO O UN MONOLOGO LLENO DE REPETICIONES? El PADRE NUESTRO es nuestra guía para saber cómo orar y descubrir cuánto Dios nos ama. Hoy podemos venir a él con confianza y mantener una relación de Padre a hijo.

¿MI ORACIÓN SURGE DE UN CORAZÓN CAPRICHOSO O ESTOY BUSCANDO SU VOLUNTAD? No perdamos tiempo exigiendo o reclamando las cosas a nuestra manera, presenta tus necesidades, pero ponete bajo su mano de poder, Dios sabe como hacer las cosas y aun cuando no lo vemos, Él sigue siendo Rey y Señor.

¿ESTOY CONFIANDO QUE DIOS TIENE TODO LO QUE NECESITO PARA CADA DÍA? O al orar surge la oración desde un corazón que no cree, que teme y que siente que las circunstancia van a superar mi capacidad de soportar o resistir. Recordemos que nada ni nadie nos puede separar del amor de Dios y él nunca nos va a abandonar, siempre con Él viene la respuesta y la salida.