«No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.» Filipenses 4.6-7
La vida está llena de problemas y situaciones que nos impiden encontrar paz. Lo que muchas veces provoca en nosotros estrés, conflictos personales, presión social y personal, miedos, incertidumbre, sensación de soledad, traumas no resueltos, entre otras cosas, nos impide encontrar paz, y la solución que se nos da a todos estos problemas es "hace terapia”.
El número de personas que acuden a psicólogos en busca de soluciones a sus problemas es cada vez mayor, y si bien damos gracias a Dios por estos profesionales que nos acompañan a sortear situaciones complejas de la vida, nos encontramos con que esto no es suficiente.
Cuando leemos «La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos» (Filipenses 4.6-7), ¿Entendemos realmente que es vivir en paz?, ¿Qué es la paz? Todos tenemos una idea al respecto y es interesante destacar que una de todas sus definiciones dice que «la paz es un ideal que las personas y la sociedad buscan alcanzar para vivir en un entorno seguro, justo y equilibrado». Es un ideal, es decir, solo una idea, un deseo o pensamiento que no es real y que es irrealizable; sin embargo, todo el mundo quiere paz, pero nadie sabe lo que es.
Nadie está ajeno a vivir problemas y la paz para el mundo es algo desconocido, es sólo una fantasía o un deseo irrealizable, una utopía, es solo un ideal. Y nos damos cuenta que nunca hemos vivido en paz, pensando que recién la encontraremos al morir, pero la realidad es que no sabemos cómo vivir en paz.
Jesús habló a sus discípulos y les anticipó lo que iba a pasar, los acontecimientos futuros, y aunque el futuro trae ansiedad, temor, estrés y falta de paz, les dijo: «voy a dejarles paz, mi paz les doy, no como el mundo» (Juan 14.27). Lo que el mundo piensa que es paz, no lo es. Pensamos que la paz que buscamos es tener seguridad, pero eso sólo es reflejo del temor que hay en nosotros, porque nuestro corazón está lleno de angustia, donde uno se encuentra aturdido, turbado, sin saber qué decisión tomar. Buscamos paz yendo al campo, buscando silencio; pero aún dentro nuestro hay ruido.
Jesús sabe que en este mundo no hay paz y que vivimos con constante temor al futuro. Pero Jesús nos dice «quiero dejarles mi paz» para que el temor no tenga poder ni control sobre nuestras acciones o decisiones, porque sabe él que el temor nos lleva a reaccionar impulsivamente.
El tener paz no es ausencia de problemas o dificultades; incluso que Dios esté con nosotros no nos deja exentos de problemas. Porque la paz no está condicionada a tu realidad, a las noticias, a tu pasado, a tu futuro o incluso a tus problemas. LA PAZ ES LA SEGURIDAD DE QUE DIOS ESTÁ CON NOSOTROS. «Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo» (Juan 16.33).
Dios es quien nos cuida y está a nuestro lado como nuestro buen pastor (Salmo 23.4). El temor ya no tiene poder sobre nuestra vida, porque podremos descubrir que en medio de nuestras dificultades está Dios caminando a nuestro lado y que no nos suelta la mano.
Es por eso que creemos en primero orar, porque la oración es ir a Dios, entendiendo que Dios sabe cual es nuestra condición, que estamos cansados y agobiados. Dios nos conoce y sabe que en el mundo no nos puede dar paz, por eso nos invita a ir a Él para encontrar descanso para nuestra alma (Mateo 11.28-30).
Dios conociendo que los problemas nos mantienen en una continua sensación de ansiedad e inquietud, "cargados" donde, aun descansando, cargamos con un dolor interno, donde nos olvidamos de ir a Él, Jesús nos invita a acercarnos, porque él tiene cuidado de nosotros, porque en él podemos encontrar descanso para nuestras almas. Solo él nos pude ofrecer descanso profundo y verdadero.
Dios nos dice que aprendamos de Él, porque hemos vivido la vida a nuestra manera, pensando que la paz la íbamos a encontrar a nuestras formas. Pero es tiempo de cambiar nuestras formas y no seguir en una actitud necia de querer resultados diferentes, pero usando el mismo método una y otra vez.
Ser manso y humilde habla de un corazón que reconoce la necesidad de Dios, no de un corazón duro donde Dios no puede tratar (Salmo 138.6). Hemos querido vivir la vida a nuestra manera, buscando paz a nuestra forma, pero si la paz la diera el amor, el estatus, etc., no veríamos que muchos, que aún lograron todo eso, no viven en paz. ¿NO SERÁ TIEMPO QUE DEJEMOS QUE DIOS NOS ENSEÑE? Cuando Jesús nos invita a ir a él en Mateo 11.28-32. No nos impone, pero busca corazones humildes que estén abiertos a aprender a vivir de acuerdo a su enseñanza y su manera de vivir.
El descanso que Dios tiene para nuestra vida va más allá del descanso físico. Es un descanso profundo y espiritual para el alma. A diferencia de nuestras cargas, seguir a Jesús es fácil, porque Él viene a darnos VERDADERA PAZ, LIBERTAD Y VIDA. Dejémonos guiar para que podamos vivir verdadera paz (Salmos 32.8-10). Nuestra vida va a ser más fácil, no sin problemas, sino que en medio de ellos vamos a poder estar confiados (Salmos 4.8). No existe nada en esta vida, no hay dificultad o problema lo suficientemente grande para destruirnos (Romanos 8.31). Si Dios está conmigo, TODO LO PUEDO EN ÉL QUE ME DA LA FUERZA PARA CADA DÍA (Juan 14.27).
La paz no es un sentimiento, un estado o emoción, sino que LA PAZ ES LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRAS VIDAS, ES SU ESPÍRITU SANTO EN NOSOTROS, DIOS MISMO CAMINANDO CON NOSOTROS EN TODA SITUACIÓN.
¿ESTOY DEJANDO QUE LAS PREOCUPACIONES ME IMPIDAN ENCONTRAR PAZ?
Cuando dejamos que las preocupaciones y el miedo tomen el control de nuestra vida, nuestras decisiones se vuelven imprudentes y pueden llegar a causar ansiedad, estrés e incluso dolor. Es por eso que necesitamos depositar nuestra confianza y seguridad en Dios, porque El conoce nuestra condición, lo que nos preocupa y nos invita a acercarnos hacia Él para encontrar descanso.
¿DONDE ESTOY BUSCANDO PAZ?
En este mundo no hay paz, sólo es una idea, una fantasía. La paz no la da una persona, el amor, trabajo o las vacaciones. Sólo en Dios tenemos paz y la seguridad de que a pesar de los problemas y las situaciones que vivamos él camina a nuestro lado y nos cuida. Dios nos invita a buscarlo primeramente y cuidará nuestro corazón y pensamiento.
¿ESTOY DEJÁNDOME GUIAR POR DIOS PARA VIVIR PAZ VERDADERA?
Es momento de cambiar nuestra manera de hacer las cosas. Si seguimos poniendo. Nuestra confianza fuera de Dios seguiremos teniendo los mismos resultados. Necesitamos dejar que Dios nos guíe para experimentar la verdadera paz.
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