«Les aseguro que el que cree en mí también hará las obras que yo hago y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre. 13 Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. 14 Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré.» Juan 14.12-14
Cuando estamos atravesando un problema no falta la persona que nos alienta diciendo ¡CONFIÁ! Pero cuánto nos cuesta mantener la confianza cuando las cosas no salen como esperamos. Cuando nuestras expectativas o deseos sobre algo no se cumplen nos invade la frustración. La desilusión y decepción nos atraviesan a tal punto que perdemos nuestras fuerzas y esperanzas. Muchos se han rendido frente a distintos desafíos porque lo ven como algo imposible, decidieron resignarse porque sienten que ya no hay solución.
En Mateo 17.14-23 vemos como un hombre se acerca a Jesús rogando por la vida de su hijo, el joven estaba siendo atormentado por un espíritu maligno y los discípulos no habían logrado liberarlo y toda una multitud había sido testigo de este suceso. No hay nada más frustrante que cuando nuestros fracasos están siendo vistos por muchos. Sin embargo dejarnos influenciar por la opinión de otros de nada nos sirve, al contrario acrecienta nuestro dolor. En medio de las miradas burlonas y los comentarios juiciosos de muchos, el padre del joven se acerca a Jesús pidiéndole compasión, no dejó que lo que había sucedido lo frustre, sino que siguió intentando. La frustración es el resultado de dejar de confiar, y el creer demanda persistencia. NO DEJES QUE TUS FRUSTRACIONES TE LLEVEN A ABANDONAR, SEGUÍ VINIENDO A JESÚS.
Dios es un Dios de misericordia y compasión, es decir que está inclinado a nosotros, y dispuesto a obrar en nuestro problema. (Salmos 145.8)
Jesús al ver la situación los exhorta fuertemente llamándolos incrédulos. (Mateo 17.17) Es que muchas veces nos acercamos a Dios pero sin creer completamente en Él, nos acercamos con reservas. O decimos que creemos pero en verdad confundimos la fe con positivismo. La fe no tiene nada que ver con un pensamiento positivo, o una ley de atracción. La fe no es una energía o fuerza interna, la fe no es simplemente una meditación o ejercicio espiritual. La verdadera fe es confiar plenamente en quien es Dios y en su poder, fe es creer y aceptar a Jesús como único medio de salvación, como el camino, la verdad y la vida.
No podemos creer en Dios sin creer en lo que Él dice. Hay quienes dicen creer en Dios pero no creen en su palabra o en sus principios. Creer en Dios a medias nos lleva a dudar en los momentos más críticos, y frente a los imposibles terminamos pensando que Dios nos está con nosotros o que Él no puede hacer nada en nuestra situación.
Tal vez llevamos años en la misma situación (Marcos 9.21-24), hasta nos hemos acostumbrado a vivir en la frustración. Cuantas cosas nos hemos dejado robar por perder nuestra confianza (Juan 10.10).
Muchas veces aunque vamos a Jesús, aunque acudimos a Dios en oración y venimos a la iglesia… aun así, hay dudas y falta de confianza. DIOS TIENE EL PODER PARA HACER TODAS LAS COSAS PERO VER RESULTADOS EN NUESTRAS VIDAS DEPENDE DE QUE CREAMOS! Necesitamos reconocer aquellas áreas en las que no estamos confiando en Dios y pedir que nos ayude con nuestra incredulidad. Nuestra fe es probada y fortalecida en medio de las pruebas. (1 Pedro 1.7).
Jesús nos asegura que para el que cree TODO ES POSIBLE, entonces los discípulos se preguntaban por qué ellos no habían podido librar a este joven. No podemos ver resultados en nuestras vidas por nuestra falta de fe, limitamos el poder de Dios en nuestras vidas por no creer lo que puede hacer en nosotros (Mateo 17.20 / Lucas 17.5-6).
Lo que realmente necesitamos es poner en acción nuestra fe, ponerla en práctica. No olvidar que el espíritu de Dios vive en nosotros, que somos su templo. (Romanos 8.11 / 2 Corintios 4.7) Es decir que hoy nosotros que creemos en él, no solo lo seguimos sino que somos sus manos, sus pies. Somos sus representantes, no solo para llevar a las personas a Jesús, sino para hacer sus mismas obras y aun mayores (Juan 14.12-14).
Es tiempo de vivir lo que Dios tiene para nosotros, dejar atrás las frustraciones, y comenzar a ver resultados ES TIEMPO DE SEGUIR CONFIANDO Y SEGUIR AVANZANDO PARA TENER ÉXITO. PORQUE LO CONTRARIO A LA FRUSTRACIÓN… ES EL ÉXITO!
REFLEXIÓN:
¿CÓMO ESTOY REACCIONANDO ANTE LAS FRUSTRACIONES? Muchas veces dejamos que los fracasos se roben nuestras esperanzas y confianza en Dios. Es tiempo de dejar atrás toda frustración y permanecer confiando.
¿ESTOY DUDANDO DE LO QUE DIOS PUEDE HACER EN MI SITUACIÓN? La fe en Dios nos lleva a creer también en lo que él dice. Y Jesús nos asegura que para el que cree TODO ES POSIBLE.
¿ESTOY CREYENDO QUE DIOS PUEDE OBRAR EN OTROS A TRAVÉS DE MI VIDA? El espíritu de Dios está en nosotros, hoy no solo sabemos que Dios puede transformar nuestra situación sino que puede obrar en otros a través de nosotros. Él quiere llevarnos experimentar lo que Jesús hizo y más!
¡MANTENÉ TU CONFIANZA, PARA EL QUE CREE TODO ES POSIBLE!