«Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará». 7.Llamó entonces Moisés a Josué y en presencia de todo Israel le dijo: «Sé fuerte y valiente, porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que el Señor juró dar a sus antepasados. Tú harás que ellos tomen posesión de su herencia. 8.El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.» Deuteronomio 31.6-8

El mundo está atravesando un tiempo de tal crisis que en cada esfera social se puede ver el temor. Nadie se salva. Los presidentes han experimentado miedo, los médicos han sentido miedo no importa la profesión o lo que crees. El miedo está por todas partes. Sin darnos cuenta, el miedo y la duda controla y condiciona muchas de las decisiones que tomamos en la vida. El problema es que el miedo construye excusas y argumentos en nuestra mente para que dejemos de actuar y nos estanquemos en nuestra zona de confort. Por esta razón, encontramos en la biblia muchas oportunidades en las que Dios nos anima y desafía diciendo NO TENGAN MIEDO.

Vamos a afrontar situaciones o problemas que probablemente nos asusten, que parezcan mas grandes que nosotros, pero no hay prueba o dificultad que sea mas grande que Dios. El miedo crece en nosotros cuando medimos la dificultad a través de nuestras propias capacidades o limitaciones. Pero podemos experimentar a ese Dios que está por encima del problema si damos un paso hacia la valentía, si nos decidimos a salir de ese miedo y esa duda que hace tiempo nos tiene estancados. 



«En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.» 1 Juan 4:18 NVI

EL AMOR DE DIOS ES EL ÚNICO CAPAZ DE DESTRUIR AQUELLAS BARRERAS QUE EL MIEDO HA CONSTRUIDO EN NUESTRA MENTE. Ya no peleamos con nuestras propias fuerzas, si Dios está con nosotros, no tenemos excusas para avanzar, no hay nada que temer. ¡Ya no miramos el futuro con miedo sino que declaramos vida! (Efesios 3.19-20). 

Así como lo hacia con su pueblo, Dios nos alienta a ser fuertes y valientes. Es decir, mirar mas allá de nuestras fuerzas físicas, y saber que, aunque sienta miedo, puedo seguir adelante porque tengo su palabra que me respalda. (Filipenses 4.12-13)

Algunos han llegado a un punto de padecer un miedo crónico, y sienten que no lo pueden controlar, pero aun si fuera así, tenemos la certeza de que para Dios nada es imposible, el puede incluso sanarnos de esta condición. (Lucas 1.37) Quedarnos en el lugar del miedo nos va a impedir poder conocer quien es Dios y experimentar lo que él puede hacer en medio de la crisis. Hay quienes tienen su seguridad y confianza en sus bienes materiales, en su dinero, en sus contactos y en tantas otras cosas que no pueden garantizar nada. Pero nosotros confiamos en Dios, por eso podemos avanzar sin miedo y mantenernos firmes. (2 Corintios1.21-22)

Ahora somos testigo que Dios esta con nosotros, que hemos recibido su poder, que tenemos al Espíritu Santo para continuar juntos la invitación que Dios nos da. (Hechos 1.8) Dios no nos promete una vida sin problemas, pero nos asegura que Él ya lo venció todo, que podemos tener paz y vivir confiados en Él. 

Es tiempo de avanzar, de ir por todo, de afrontar el miedo y ser valientes para poder ver con nuestros ojos lo que Dios puede hacer. (Hebreos 13.6) ¡AVANZA SIN MIEDO, DIOS ESTA CON VOS! 



REFLEXIÓN:

¿EL TEMOR ESTÁ CONTROLANDO MI VIDA? El temor busca levantar argumentos que limiten nuestra vida. Hoy podemos dar un paso hacia la valentía y comenzar a creerle a Dios. 

¿EN QUE ÁREAS DE MI VIDA NO ESTOY AVANZANDO POR TEMOR? Quedarnos en el temor nos impide ver lo que Dios puede hacer en nuestras vidas. Ya no miramos lo que viene con los lentes del miedo, le creemos a Dios y declaramos vida sobre nuestro futuro. 

¿ESTOY AFRONTANDO LOS PROBLEMAS CON MIS PROPIAS FUERZAS? Podemos estar seguros de que Dios está con nosotros, no es en nuestras fuerzas sino con el poder de Dios que vamos a poder superar cualquier desafío que se nos presenta. ¡Nada es imposible para Dios!