«Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor» Efesios 6:10 NVI
Cada ser humano carga el peso de su mundo sobre sus hombros. En ocasiones esa carga se vuelve imposible de llevar; el peso de la frustración por no conseguir un buen trabajo, de no poder dormir bien por las noches, de no saber cómo afrontar las deudas, el alquiler, y tantas responsabilidades. Lo que vuelve aún más pesada la carga, es el saber que no estamos a la altura del desafío que estamos atravesando, no tenemos las fuerzas suficientes para afrontar lo que nos toca. Comenzamos a sentir pena de nosotros mismos recordando como en otro tiempo éramos más fuertes, más capaces, más valientes. Este sentimiento se acumula de tal forma que llegamos al punto de querer rendirnos, de querer bajar los brazos definitivamente y sentir en el cuerpo que ya no tenemos fuerzas.
Todos atravesamos momentos “límite” en nuestra vida, cada uno de nosotros estamos en una pelea, y es importante aprender de lo que Dios, en su amor, nos enseña para resistir y salir ilesos en medio de estas crisis.
David (1 Samuel 30.4) se encontró en un momento crítico, volvía con sus tropas de la guerra y descubrieron que sus familias habían sido secuestradas y se avecinaba una batalla aún mayor. Ante la desesperación, los hombres de David se levantaron contra él queriendo apedrearlo. David se sentía sin fuerzas, estaba completamente solo y a punto de darse por vencido. Entonces decidió hacer algo al respecto, comenzó a animarse a sí mismo, pero no en sus propias fuerzas, se animó en su fe en Dios (1 Samuel 30.6).
Podemos atravesar momentos en los que nadie está ahí para ayudarnos, es entonces cuando nosotros tendremos que tomar la decisión de alentarnos, recordarnos cuán valiosos somos para Dios, qué dice Él de nosotros, cuánto nos ama y volver nuestra confianza a Él. Pero muchas veces, en vez de animarnos a nosotros mismos, nos hundimos más, nos castigamos y hablamos sobre nosotros con palabras negativas. Cuando todo lo que necesitamos en esos momentos es recordar que Dios no va a soltarnos ni un instante (Éxodo 14.14 / Lamentaciones 3.22-24).
Jesús mismo dijo: «… Yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.» (Mateo 28:20)
Todos somos propensos a cansarnos alguna vez, a sentir que perdemos fuerza, pero no importa quién seas, Dios está dispuesto a renovar tus fuerzas.
Aun cuando pensamos que es el final, podemos esperar en Dios y cobrar ánimo porque Él es todo lo que necesitamos. Dios hoy nos invita a disfrutar el milagro de la vida, y reconocer que a pesar de todo, un día más Él nos sostiene en pie, un día más tenemos su provisión, un día más pudimos levantarnos y ver a Dios sostener nuestro mundo.
Necesitamos entender que con Dios ninguna carga es demasiado pesada de llevar, porque Él es nuestra fuerza.
David luego de hablar con Dios, recuperó su familia y todo lo que se habían llevado. Por eso, el mayor milagro que podemos experimentar es encontrar fortaleza en Dios en medio de cualquier situación. Podemos respirar profundo en medio de la crisis y recordar que Dios pelea por nosotros (Éxodo 15:2-3 / Filipenses 4:13).
«Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador! Tú eres mi fuerza y mi escudo, mi poderosa salvación, mi alto refugio. ¡En ti confío!» Salmos 18:2
Hoy Dios quiere darte nuevas fuerzas, es evidente que no podemos por nuestra propia fortaleza, pero esto no nos lleva a rendirnos, sino a confiar aún más en Él, porque Él es Dios en todo momento.
Hoy es una gran oportunidad para entregarle a Dios todo el peso, y dejar que Él nos guíe hacia grandes resultados. Dios es el más interesado en que podamos experimentar su gran poder y vivir todo lo que Él tiene para nosotros (1 Corintios 11.28).
¿ESTOY DEJANDO QUE EL PESO DE MIS PROBLEMAS ME LLEVE A RENDIRME? Cada uno de nosotros atraviesa distintas batallas en su vida. Pero estos momentos en vez de llevarnos a bajar los brazos pueden ser grandes oportunidades para ver el poder de Dios obrar a nuestro favor.
¿LAS PALABRAS QUE SALEN DE MI BOCA ME HUNDEN MÁS O ME ANIMAN A SEGUIR CONFIANDO EN DIOS? Podemos ser limitados, pero todo lo que necesitamos es a Dios. En Él tendremos las fuerzas suficientes para superar cualquier crisis, en medio de toda circunstancia Él sigue siendo Dios.
¿ESTOY DÁNDOLE LUGAR A DIOS EN MI VIDA PARA QUE EL RENUEVE MIS FUERZAS Y ME GUÍE HACIA LO MEJOR? Dios quiere renovar nuestras fuerzas, Él nos ama y quiere llevarnos a vivir grandes cosas. Hoy podemos tomar la decisión de darle lugar en nuestras vidas y comenzar a experimentar su gran poder.
¡Ánimo porque no estás solo, Dios está con vos en todo momento!