«Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes. En todas mis oraciones por todos ustedes siempre oro con alegría, porque han participado en el evangelio desde el primer día hasta ahora. Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. Es justo que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón; pues, ya sea que me encuentre preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos ustedes participan conmigo de la gracia que Dios me ha dado.» Filipenses 1:3-7

Cuánto nos cuestan las responsabilidades. Ser responsable no es otra cosa que ser consciente de nuestras obligaciones y llevarlas a cabo. Pero muchas veces nos pasa que nuestras acciones se ven condicionadas por nuestro contexto o realidad, y al momento de responder a nuestra responsabilidad comenzamos a poner excusas. Empezamos a poner nuestra mirada en lo negativo, en las cosas que no están saliendo como esperamos o nos frustran y dejamos que esto limite lo que Dios quiere hacer en nosotros, llegamos a pensar que Él se olvidó de nosotros. 

En Filipenses Pablo nos recuerda que quien empezó en nosotros la obra la va a perfeccionar hasta el fin. Tenemos la seguridad de que Dios no deja nada a medias, Él todavía tiene para nosotros mucho más de lo que hasta acá hemos visto. Sin embargo ante la duda o el temor comenzamos a fijarnos en nuestras limitaciones y excusarnos en ellas, ya sea por la falta de claridad o de motivación que no son otra cosa que falta de fe y confianza. Porque alguien con una actitud de fe no se queda en la excusa de su limitación, sino que insiste firme hasta ver respuesta. Dios conoce nuestra realidad pero también tiene en claro qué es lo que quiere y puede hacer en nuestras vidas. Él nos rescató de una vida sin sentido ni esperanza, nos dio salvación por medio de Jesús nos amó cuando no lo merecíamos. Esa obra de salvación, para darnos una vida con propósito, ese poder que experimentamos un día, no nos abandona. El va a seguir trabajando en nosotros. «Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo»  (Filipenses 1.6). Estar persuadido me habla de una convicción que nace de una experiencia personal. Pablo vivió a Jesus en carne propia, y ese encuentro con Jesús, esa experiencia de vivir lo que solo Dios puede hacer en nuestras vidas, lo sostuvo en momentos de extrema dificultad. 

Esa pasión con la que Jesús se entregó para darnos vida, es lo que enciende nuestros corazones y nos mueve a creer por encima de nuestra realidad. Por eso la pasión es uno de los valores de VIVILO iglesia, y todo lo que hacemos lo hacemos con pasión. La pasión por Jesus, por las personas y por la iglesia, es lo que nos mueve a darlo todo. Nunca vamos a estar en las condiciones ideales, nunca nos va a sobrar el tiempo, nunca vamos a tener todos los recursos económicos que desearíamos. Pero tenemos la seguridad de que Jesús, quien lo puede todo, camina con nosotros. Por eso no tenemos excusas, solo nosotros podemos limitar lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas. 



Dios nos tiene en cuenta, el nos amó y nos dio valor cuando no lo teníamos, por gracia fuimos salvos y no por lo que podamos lograr con nuestras obras o capacidades, por eso ponemos nuestra mirada solo en Jesús y confiamos en que Él trabaja en nosotros cada día para llevarnos a vivir lo tiene para nuestras vidas (Efesios 2:8). 

Por años hemos creído que había personas especiales para Dios, que otros habían sido tocados con una vara mágica que los volvía más capaces de ver el poder de Dios, y eso nos llevó a compararnos, a limitarnos y sentirnos fuera de lo que Dios tiene. Pero no es así, Jesús vino en rescate de todos, para que todos podamos experimentar su obra, murió en la cruz y resucitó al tercer día para demostrarnos que no hay nada que pueda limitar su poder. Es verdad que no somos perfectos, es verdad que somos limitados, pero el Dios que nos llama tiene todo el poder y no nos abandona. Necesitamos creerlo y movernos en esa fe. Dios pone en nosotros tanto la convicción como la capacidad de llevar a la acción lo que Él tiene preparado, nos capacita con lo que necesitamos para creer, movernos y ver resultados.

Cuando comprendemos lo poderoso del obrar de Dios en nosotros, la obra transformadora que Él comenzó en nuestras vidas, podemos creer que como lo hizo con nosotros también puede hacerlo con otros. Esa convicción es la que movió a Pablo aun estando preso a usar lo que tenía a su alcance para dar a conocer a Jesús y animar a otros en la fe.

Porque hay personas que aún no conocieron la esperanza que nosotros tenemos, que viven sin encontrar alternativa ni salida para su dolor. Y nuestra realidad momentánea no puede ser un limitante para lo que Dios quiere hacer en otros a través de nuestras vidas. 

FUISTE PUESTO POR DIOS EN UN LUGAR ESTRATÉGICO, PARA LLEVAR VIDA Y PROVOCAR CAMBIOS EN CADA LUGAR POR EL QUE PASES. 

Necesitamos dejar de mirar lo que nos falta, dejar de fijar nuestra mirada en los obstáculos y poner nuestra mirada en Dios, quien se determinó a caminar con nosotros y llevarnos a ver y experimentar su poder. 

Es tiempo de quitar del miedo toda excusa que quiera limitarnos y poner nuestra fe en Dios, porque en Él todo es posible. 

«Tengan fe en Dios, respondió Jesús. Les aseguro que si alguno dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda en el corazón de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.» (Marcos 11.22-23).



REFLEXIÓN

¿ESTOY DEJANDO QUE UNA PERSPECTIVA NEGATIVA DE MI REALIDAD CONDICIONE MIS DECISIONES? Poner la mirada en lo negativo solo va a limitar lo que Dios quiere hacer en nosotros. A pesar de lo que vemos Dios está trabajando en nuestras vidas para que podamos vivir grandes cosas en Él y no va a abandonarnos

¿ESTOY CREYENDO EN LO QUE DIOS PUEDE HACER CONMIGO? Dios nos rescató de la muerte, de una vida sin esperanza para darnos vida eterna y un propósito. Los únicos que podemos limitar lo que Él quiere hacer somos nosotros mismos. 

¿ESTOY VIVIENDO MI FE CON PASIÓN E INSPIRANDO A OTROS A LA FE? La convicción de lo que Jesús hizo en nosotros nos lleva a creer que también puede hacerlo con otros. Y esa experiencia nos lleva a vivir nuestra fe con pasión. Una pasión que nos mueve hasta ver resultados en nuestras vidas y en la vida de aquellos a quienes Dios nos puso cerca. 

 

¿Te perdiste algún mensaje? Hacé click para ver todos los mensajes de VIVILO iglesia