«Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. Hagan todo con amor.» 1 Corintios 16.13-14

Que bueno es poder descubrir a un Dios que nos ama y constantemente nos habla para guiarnos hacia lo que Él tiene para nosotros. Sobre todo en tiempos como estos donde la incertidumbre y la inestabilidad constante del mundo muchas veces nos hace sentir temor. En medio de esta inquietud e inseguridad, Dios nos llama a estar alerta, a mantenernos firmes y atentos en nuestra fe aun cuando todo a nuestro alrededor quiere llevarnos hacia el lado contrario. Mantenernos firmes en la fe nos habla de no dejar que las circunstancias que nos rodean nos hagan cambiar de posición respecto a lo que hemos creído.

La fe no es una simple una emoción positiva o un sentimiento. La fe está directamente relacionada a la esperanza en las promesas de Dios, tiene que ver con lo que Dios habló y es la garantía de que Dios no falla sino que cumple su palabra (Hebreos 11.1). La fe responde a la seguridad que hay dentro nuestro, fundamentada en las promesas de Dios. «Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.» Romanos 10.17. Por eso cuando somos intencionales en escuchar a Dios nuestros oídos son abiertos y nuestra fe es fortalecida (Isaías 50.4-5).

Cuando Dios nos habla, trae dirección a nuestras vidas, pero también nos advierte que seamos FUERTES y VALIENTES. Ser valientes nos habla de ser determinados, esforzados y de animarnos a tomar riesgos porque tenemos la seguridad de que Dios está con nosotros y no falla. Aun cuando la presión es demasiado grande, y cuando la situación se vuelve pesada, no dejamos que nada nos detenga, sabemos que podemos soportarlo porque Dios está con nosotros. 



No solo somos desafiados a mantenernos firmes, además Dios nos dice «hagan todo con amor», en otras palabras, que las circunstancias no ahoguen nuestra pasión y nos hagan olvidar que Dios está en nosotros y nos mueve a provocar cambios. Nuestro esfuerzo y determinación necesitan ser acompañados de amor, porque sin amor no somos nada (1 Corintios 13.1-7).

Dios es intencional en hablarnos de esta forma, porque Él conoce nuestra fragilidad frente a la vida, y ve cómo muchas veces las dificultades nos llevan a caer en temor y desesperación. Cuántas veces ante un problema nos envuelve la incertidumbre e inseguridad, tomando una posición totalmente opuesta a la fe. Comenzamos a aferrarnos a lo que conocemos, no podemos pensar con claridad respecto al mañana porque nuestra visión se vuelve corta y temporal. Pero Dios quiere darnos entendimiento y que conozcamos lo que Él quiere hacer (Efesios 5.15-17). Necesitamos dejar de vivir como personas que no tienen entendimiento y se dejan condicionar por el pasado o el presente, porque Dios quiere hacer algo nuevo en nosotros, pero muchas veces nuestra actitud se vuelve un impedimento. Dejamos que las circunstancias nos confundan y aún escuchando a Dios dejamos que nuestros sentimientos nos dominen.

El profeta Samuel, después de que el Rey Saúl fue desechado, se encontró en una situación realmente angustiante. Llevaba mucho tiempo lamentándose por lo que había sucedido, entonces Dios tuvo que hablarle y captar su atención, preguntándole hasta cuando iba a seguir llorando por eso (1 Samuel 16.1).

Quedarnos llorando por el pasado nos hace perder el tiempo y no nos deja ver lo que Dios está haciendo. El mismo Samuel había sido usado por Dios para advertirle a Saúl que su reinado no sería duradero, al igual que para informarle que había sido quitado del trono; pero la angustia estaba haciendo que el profeta pierda de vista que Dios estaba en medio de todo (1 Samuel 13.13-14 / 1 Samuel 15.26-28).

Cuántas veces estamos llorando sobre el pasado, o por la incertidumbre de lo que vendrá en el futuro. Pero si dejamos que los sentimientos gobiernen nuestra vida, estos van a provocar temor y debilitar nuestra fe en lugar de fortalecerla y afirmarla, haciéndonos perder el amor en lo que hacemos hasta llevarnos a la resignación total. Hoy vemos con mayor frecuencia los efectos que sufre el cuerpo cuando las emociones y la ansiedad toman el control, aun sabiendo que nuestro corazón muchas veces es engañoso, seguimos dándole poder a los sentimientos para que condicionen nuestras vidas (Jeremías 17.9).

Dios le dice a Samuel que deje de llorar y llene de aceite su cuerno, en otras palabras, levántate y prepárate para lo que viene, accioná, no te detengas en el pasado o en lo que no fue. Como Samuel, tal vez solo vemos el problema, las amenazas que se levantan, pero Dios nos habla y nos dice que seamos fuertes y valientes porque Él está con nosotros. No nos dejemos llevar por lo que vemos sino por lo que Dios nos está hablando (1 Samuel 16.7).

Incluso Pedro se sintió confundido en distintas ocasiones. Cuando Jesús había venido a ofrecer su mayor entrega de amor para traer salvación a toda la humanidad, él intentó detenerlo (Marcos 8.31-38). Incluso cuando Pedro recibe el llamado de Dios para llevar el evangelio a los gentiles, se deja influenciar por sus sentimientos y su visión humana de las cosas (Hechos 10.34-35).

Dios podría haber hecho solo todo el trabajo, pero decidió incluirnos a nosotros. Por eso no alcanza con una buena intención, necesitamos mantener nuestra mirada firme en las cosas de arriba para entender lo que Dios quiere hacer y no permitir que la realidad nos desenfoque. Dios quiere hacer algo nuevo y nadie puede detenerlo (Hechos 11.17). Pero su deseo es usar nuestras vidas para provocar cambios no solo en nuestra realidad personal sino en todo lo que nos rodea.

Es nuestra actitud, valentía y firmeza en la fe lo que va a habilitar el poder de Dios en nuestra realidad. 

 



REFLEXIÓN

 

¿ESTOY SIENDO INTENCIONAL EN ESCUCHAR LO QUE DIOS DICE, PONER ATENCIÓN EN SU PALABRA Y PROMESAS? Necesitamos mantenernos firmes en la fe. Pero esa fe se afirma cuando escuchamos atentamente la palabra de Dios y dejamos que sus promesas nos sostengan.

¿ESTOY DEJANDO QUE LA FRUSTRACIÓN Y LA INCERTIDUMBRE TOMEN CONTROL DE MI CORAZÓN? Olvidamos que el corazón es engañoso, y dejamos que los sentimientos controlen nuestra vida. Necesitamos poner nuestra mirada en las cosas de arriba y recordar que es Dios quien nos sostiene y Él no falla.

¿ESTOY ENFOCÁNDOME EN LO QUE DIOS QUIERE HACER Y DÁNDOLE LUGAR PARA QUE OBRE A TRAVÉS DE MI VIDA? Dios quiere hacer algo nuevo, provocar cambios en nuestra realidad y entorno, pero quiere hacerlo con nosotros. Necesitamos mantenernos firmes, ser fuertes y valientes, haciendo todo con amor para habilitar lo que Dios quiere hacer.

 

¿Te perdiste algún mensaje? Hacé click para ver todos los mensajes de VIVILO iglesia