«Confía en el SEÑOR de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al SEÑOR y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser.» Proverbios 3.5-8

La confianza es algo realmente valioso para cualquiera de nosotros, de hecho se requieren muchos actos para ganarse la confianza de alguien y basta una sola acción equivocada para dejar de confiar.

Vivimos en una sociedad en la que no se confía de nadie ni de nada, dudamos de todo y de todos. Nuestro primer instinto es desconfiar, porque lamentablemente nuestras malas experiencias, las veces que hemos sido defraudados, nos han empujado a cuidarnos de los demás y elegir caminar solos aun rodeados de personas. Hoy muchos no encuentran en quien confiar. Hoy es tan difícil volver a confiar plenamente en alguien. Hay muchas personas que no tienen con quien compartir la vida, no solo los buenos momentos sino también los desafíos más riesgosos, momentos en donde uno necesita ayuda, una mano amiga que le de ánimo para continuar.

La confianza es un valor que se está perdiendo a nivel mundial no importa el extracto social probablemente has escuchado en algún momento a alguien decir he dejado de confiar y no solo eso, han endurecido tanto su corazón, esta situación ha provocado un sentimiento de rechazo, dolor profundo al punto de no poder perdonar. Es más, llegarle a mencionar que tiene que perdonar es un insulto ya que nuestra lógica nos dicta que cómo vamos a perdonar a aquel que nos traicionó, a un falso, a alguien que no fue leal en el momento que más lo necesito. Al punto de decir que no somos Dios para perdonar a nadie sin embargo queremos que se haga justicia y como justicia queremos que la otra persona sufra. 



Hasta cuándo vamos a vivir de ese modo, ¿Cuándo vamos a dejar de vivir con amargura?

La Biblia nos da una gran lección en Mateo 18:15: «Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. »

¿Cuál va a ser nuestra actitud frente a la persona que te ha causado mal, frente a la persona que ha pisoteado tu confianza? Muchos creen que este pasaje habla de disciplina, de castigo y es todo lo contrario. Nuestra actitud debe ser rescatarlo, salvarlo. En este mismo capítulo de Mateo, desde los versículos 21-35, vamos a encontrar a Jesús explicando mediante una historia el sentido, la razón por la cual nos invita él mismo a que nosotros perdonemos de todo corazón y de esa manera dice Jesús mi padre celestial los tratará a ustedes. Debemos comprender que nunca la deuda de una persona va a ser mayor a nuestra deuda con Dios. Si no perdonamos no vamos a ser perdonados ante Dios. El perdón no es una capacidad del ser humano, sino que por lo que Dios hizo darnos su perdón hoy perdimos todos perdonar incluyéndote a ti. El perdón es un acto de fe no de capacidad, habilidad, de sentimientos o de emociones es mucho más poderoso es fe.

Ya que fuimos perdonados por Dios, aunque no lo merecíamos, hoy en nuestra vida trabaja el perdón. Esto es de gran utilidad, es nuestra esperanza así que como Dios me perdonó, yo puedo perdonar. Al no perdonar lo que estamos haciendo no es salvarnos a nosotros mismos sino todo lo contrario es condenarnos a nosotros mismos. Esto no es olvidar que las personas van a continuar fallando, la acción de rescatar a nuestro hermano es para que seamos uno, donde Dios le pone valor a cada persona, y en la unidad es donde la presencia de Dios está presente. El no quiere que estés solo, vagando a la nada misma sino todo lo contrario la unidad es algo importante y determinante para la vida del creyente, nuestra relación con Dios depende de nuestra relación con las personas.

Hablar de la necesidad de perdonar puede que mueve muchos sentimientos y recuerdos pero perdonar es liberarse y no hay nada más gratificante que una persona libre sin deuda alguna. Fuimos amados por Dios cuando no lo merecíamos, fuimos perdonados por Dios aun sabiendo que le vamos a fallar cientos de veces más.

Pensamos que la confianza se tiene que ganar pero la verdad es que Dios nos dio la confianza aun sabiendo todo lo demás. 



REFLEXIÓN

¿ESTÁS DISPUESTO A DEJARTE ENSEÑAR POR DIOS? Hemos cometido el error de poner nuestra esperanza en las personas por encima de nuestra confianza en Dios. Es Dios mismo que nos está enseñando a perdonar, perdonar es liberarse. Cuando nuestro corazón está puesto en Dios, somos libres de vivir en rencor, enojo, amargura. Dios está dispuesto a enseñarte si hoy tienes la capacidad de amar es porque él te amó primero.

¿CUÁNTAS VECES TIENES QUE PERDONAR? En Mateo 18.21-22 dice «Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús.»

El mismo Jesús nos enseña a que debemos perdonar siempre, es un desafío sin embargo el acto de perdón  no es por nuestras propias fuerzas sino que Dios nos estará acompañando en todo tiempo. El buen trabajo que empezó en nosotros lo irá perfeccionando. Dios quiere sacar lo mejor de nosotros si es que le damos el espacio para hacerlo. Hoy mismo puedes perdonar.

¿ESTOY DÁNDOLE LUGAR A DIOS PARA ÉL OBRE A TRAVÉS DE MI VIDA? Dios quiere hacer algo nuevo, provocar cambios en nuestra realidad y entorno, pero quiere hacerlo con nosotros. haciendo todo con amor para habilitar lo que Dios quiere hacer. Confía en Dios.

«Confía en Dios desde el fondo de tu corazón; No intentes resolverlo todo por tu cuenta. Escucha la voz de Dios en todo lo que hagas, dondequiera que vayas; Él es quien te mantendrá encaminado. No asumas que lo sabes todo. ¡Corre hacia Dios! ¡Huye del mal! ¡Tu cuerpo brillará de salud, tus mismos huesos vibrarán de vida!» Proverbios 3.5-8 MSG 

 

¿Te perdiste algún mensaje? Hacé click para ver todos los mensajes de VIVILO iglesia