«No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta.» Romanos 12:2 NVI

Cuántas veces hemos deseado despertar y estar en un lugar completamente diferente, o que de la noche a la mañana nuestros problemas estén resueltos. Nos centramos tanto en las dificultades y en aquellas cosas que hoy no están saliendo bien que terminamos desenfocándonos. Comenzamos a mirar alrededor, vemos como las redes sociales están llenas de personas exitosas y con vidas perfectas, y terminamos amoldándonos a esos ideales que todo el mundo persigue pero que tienen que ver más con deseos egoístas que con el verdadero sentido de la vida. Construimos una falsa ilusión que lo único que hace es frustrarnos más.

No está mal desear que nos vaya bien en la vida, claramente, nadie desea que las cosas le salgan mal. Pero vivimos persiguiendo oportunidades que creemos que van a cambiar nuestra realidad mágicamente, depositando en cosas materiales y pasajeras una esperanza de felicidad y plenitud. Comenzamos a dudar de todo y nos angustiamos cuando creemos que dejamos pasar lo que sería la oportunidad de nuestras vidas. Nos terminamos convirtiendo en oportunistas, personas que buscan constantemente la manera de sacar beneficios egoístas de cada situación. 

Lo único que hacemos es caminar sin claridad cayendo una y otra vez en la frustración, intentando amoldarnos a una vida sin sentido para la que no fuimos creados. Esto sucede porque nuestra mente está nublada, confundida por el sistema en el que vivimos que nos empuja constantemente a perseguir algo sin saber que es. Por eso Pablo nos advierte que necesitamos ser transformados y renovados en la mente de Cristo, para que podamos COMPROBAR, no solo conocer o entender, sino experimentar con nuestra vida que la voluntad de Dios sobre nosotros es buena, agradable y perfecta.



Cuando nuestra mente es transformada, dejamos de perseguir oportunidades porque nos damos cuenta que la oportunidad más grande para salvar nuestra vida la recibimos de Dios. Él nos creó para que podamos vivir una vida plena y seamos bendecidos en Él (Filipenses 4:19).

JESÚS MURIÓ EN LA CRUZ PARA QUE POR MEDIO DE ÉL PODAMOS VIVIR TODO LO QUE DIOS TIENE PARA NOSOTROS. NO LO VIO COMO UN BENEFICIO PARA ÉL MISMO, SINO COMO UNA OPORTUNIDAD PARA VOS Y PARA MI. 

Cuando logramos ver con claridad lo que Dios tiene, podemos hacer que las dificultades se vuelvan oportunidades para comprobar que Él está con nosotros. Porque nuestro Dios no es un Dios oportunista sino un Dios de oportunidad. Por eso tenemos esperanza, aún cuando creemos que se nos pasó el tren, aun cuando llegamos frustrados o cargados por los problemas de la vida, podemos encontrar descanso en Él recordando que Dios puede transformarlo todo, y que sus planes de bien sobre nosotros siguen vigentes.

«Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar. Cuando ustedes me pidan algo en oración, yo los escucharé. Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón.» Jeremías 29.11

Hoy tenemos la oportunidad de caminar con Jesús y descubrir lo que Él puede hacer en nosotros y través de nosotros. HAY UN PLAN, Y NECESITAMOS COMPROBARLO. SE TRATA DE ENTREGARNOS POR COMPLETO AL ÚNICO QUE SE ENTREGÓ COMPLETAMENTE POR NOSOTROS. 

En Él descubrimos que no solo hemos recibido la más grande oportunidad de nuestras vidas, sino que hoy somos la oportunidad para que otros que caminan sin dirección ni propósito descubran que hay un Dios que tiene planes de bien para sus vidas. Un propósito claro quita toda distracción, llevándonos a comprobar la voluntad de Dios y que otros lo experimenten a través nuestro. No hay mayor ganancia ni propósito que haber descubierto el amor de Dios y ver a más personas descubrirlo también. 

Si nos enfocamos en quien es Dios, en lo que Él tiene para nosotros y en mostrar a otros ese Dios de oportunidades, todo lo que necesitamos va a llegar. Su amor está presente, Él no nos abandona, Él no te suelta la mano. No hay nada que pueda separarnos de su amor.

No importa cuál sea tu pasado, ni tu presente, las misericordias de Dios se renuevan cada mañana y cada día tenemos una nueva oportunidad de acercarnos a Él y descubrir su gran amor.

«Sé que no hemos sido destruidos porque Dios nos tiene compasión. sé que cada mañana se renuevan su gran amor y su fidelidad. Por eso digo que en él confío; ¡Dios es todo para mí!» Lamentaciones 3:22-24



¿ESTOY CORRIENDO DETRÁS DE OPORTUNIDADES QUE PUEDAN RESOLVER MI VIDA? Corremos detrás de falsas ilusiones que creemos que nos darán felicidad y plenitud, pero no fuimos creados para amoldarnos a una vida sin sentido, fuimos creados con el propósito de vivir la vida que Dios tiene para nosotros. 

¿ESTOY CONFIANDO EN QUE DIOS TIENE PLANES DE BIEN PARA MI VIDA? La palabra de Dios nos invita a ser renovados en nuestra mente para que podamos experimentar en carne propia que la voluntad de Dios para nosotros es buena, agradable y perfecta. Podemos descansar en Dios porque Él tiene planes de bien para nuestras vidas!

¿ESTOY VIVIENDO LA GRAN OPORTUNIDAD QUE DIOS ME DIO? Jesús entregó su vida por nosotros, para que por medio de Él vivamos la vida plena que Dios diseñó. No necesitamos perseguir oportunidades porque la gran oportunidad de nuestras vidas es la que Dios nos dio, vivir comprobando su poder y acercando a otros a conocerle. ¡NO HAY MAYOR GANANCIA QUE ESA!

 

¿Te perdiste algún mensaje? Hacé click para ver todos los mensajes de VIVILO iglesia