«Les aseguro que el que no entra por la puerta al redil de las ovejas, sino que trepa y se mete por otro lado, es un ladrón y un bandido. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El portero le abre la puerta y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil. Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. Pero jamás seguirán a un desconocido; más bien, huirán de él porque no reconocen la voz del extraño.» Juan 10.1-5
En estos tiempos, la confianza es un bien en extinción. Se vuelve cada vez más difícil confiar en otros hoy en día. Vivimos con el miedo constante de que nos roben, nos engañen, o nos traicionen, pensando que de algún lado va a llegar el golpe.
No es que antiguamente no existiera la traición o el engaño, pero con los años se ha perfeccionado el arte de la mentira, a tal punto que es casi imposible distinguir lo verdadero de lo falso. En un mundo de redes sociales y medios de comunicación donde abundan las «fake news» mentiras sobre cosas que no sucedieron, nos vemos obligados a preguntarnos todo el tiempo: ¿esto está chequeado? Desconfiamos hasta de nuestra propia sombra.
Muchos aún no conocen lo que es verdadero, no conocen la verdad (la voz del pastor), por eso se dejan confundir y engañar fácilmente, corriendo tras voces extrañas. Quien conoce la voz del pastor jamás va a seguir a un desconocido.
El enemigo de nuestra fe busca sin descanso a quien devorar, y evitar caer en su trampa requiere de nosotros estar muy atentos. (1 Pedro 5.8 ) Jesús se refiere a nosotros como sus ovejas. Una oveja tiene distintas cualidades: es dócil, tiene capacidad de resistir y adaptarse, provee lana, leche y carne. Pero no nos confundamos, nada de eso nos hace fuertes, porque, así como cuentan con todas las fortalezas, poseen una debilidad, las ovejas son presa fácil para los depredadores. Por eso necesitamos el cuidado del pastor, reconocer la voz correcta para estar seguros.
Jesús dijo: «…«Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas (…) yo soy el buen pastor» Juan 10:7, 11. Jesús se presenta como una verdad absoluta, como el único y verdadero Buen Pastor. Hay quienes, al escuchar el evangelio, dudan, porque la desconfianza es el mecanismo de defensa por excelencia en estos tiempos. ¿Cómo poder creer en alguien que se presenta como la única verdad? Necesitamos ver para creer.
Jesús advierte: Hay ladrones y pastores asalariados. Pero yo soy el Buen Pastor. Ladrones y bandidos vienen para destruirlo. Hay muchos que no se dan cuenta de que están siendo robados. Que el enemigo se está quedando con algo de ellos. Viven persiguiendo ilusiones que solo los llevan a desgastarse y perder la paz. Pero no se dan cuenta de que se están dejando robar. Permitiendo que las circunstancias le resten fuerzas a su corazón. De pronto viven por inercia sin darse cuenta de que en sus corazones hay muerte. Cuando comenzamos a perder , a dejar que el enemigo nos robe la paz, estamos caminando hacia la destrucción.
En cuanto a los asalariados, pueden parecer interesados en las ovejas, para ellos no significan nada, solo buscan el beneficio propio y nada más, obtener la paga por su trabajo. Pero ante el peligro huyen. Hay muchos aduladores que dicen lo que las personas quieren escuchar, camuflados en distintos roles y apariencias. Estos buscan el beneficio de las ovejas, prometen felicidad pero solo les importa su propia vida y su ganancia. Muchos corren detrás de estas falsas promesas.
Pero el Buen Pastor (JESÚS) es el que da su vida por las ovejas. Y a diferencia del ladrón y el asalariado, JESÚS VINO PARA DARNOS VIDA ETERNA Y SALVACIÓN, UNA VIDA MEJOR DE LA QUE JAMÁS PODRÍAMOS SOÑAR. Y esta es la prueba que disipa toda duda, ya no son promesas ni palabras, fue el acto de amor más grande que nadie podría igualar.
Jesús no fue a la cruz por lo que podíamos ofrecerle sino porque puso su atención en nosotros y nos amó. Es fácil amar a quien te ama (Lucas 6.32) Pero el amor de Dios sobrepasa toda comprensión, porque siendo pecadores e imperfectos, habiéndo dado la espalda, nos amó. (1 Pedro 3.18) Se entregó voluntariamente por nosotros, poniéndonos por encima de su propia vida (Filipenses 2.5). No importándole su padecimiento, la vergüenza y el dolor que debía atravesar, sino pensando en nosotros. (Hebreos 12.2) Nos demostró su amor con hechos concretos, cuando no podíamos ofrecerle nada, porque éramos incapaces de salvarnos a nosotros mismos. (Romanos 5.6-8) Mientras muchos viven creyendo que Pascuas es una celebración más dónde comer huevos de chocolate, Jesús estaba entregando su vida para salvar la nuestra.
Aún hay quienes se preguntan si esto será verdad. La muerte y resurrección de Jesús fue el hecho más grande en la historia de la humanidad, transformándola para siempre, marcando un antes y un después. La fe puede ser ciega, pero no tonta. Nuestra fe está basada en un hecho real, en una promesa cumplida, y este acto es la garantía que nos permite creer en la esperanza que tenemos en Jesús.
SI ÉL NOS AMÓ CUÁNDO ESTÁBAMOS PERDIDOS, TENEMOS LA SEGURIDAD DE QUE NUNCA NOS VA A SOLTAR. Hoy sabemos que nuestra vida vale mucho, porque fuimos comprados con la sangre de Jesús. (1 Corintios 7.23)
«Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.» 1. Pedro 1.18-19
Hoy muchos buscan encontrar algo que les dé valor a sus vidas, pero Él es quien les da valor. Y esa es la Pascua, recordar que somos lo más valioso para él, y si aprendemos a escuchar su voz, vamos a estar seguros en él, ya no vamos a ser engañados. Hoy vivimos para recordar y corresponder a aquella demostración de amor tan grande de Dios hacia nosotros. Y aún hay muchos que no han descubierto el valor que tienen para Dios, pero nosotros fuimos llamados para darlo a conocer. (Juan 10.16)
HAY TANTAS PERSONAS QUE AÚN NO HAN CONOCIDO AL BUEN PASTOR, PERO NOSOTROS PODEMOS GUIARLAS HACIA ÉL.
¿ESTOY DEJANDO QUE LAS CIRCUNSTANCIAS ME ROBEN LA PAZ Y EL ÁNIMO?
El enemigo intenta robar y destruir lo que Dios tiene para nosotros. Escuchar al buen pastor y seguir su voz nos guía hacia una vida en abundancia.
¿ESTOY ENTENDIENDO CUÁL ES EL VERDADERO SENTIDO DE LA PASCUA?
Pascua es recordar que Dios me ama y mi vida tiene gran valor para él, tanto que Jesús se entregó para que podamos tener salvación y vida eterna.
¿ESTOY GUIANDO A OTROS HACIA JESÚS?
Aún hay muchos que corren detrás de voces engañosas, y no han conocido el amor de Jesús, pero nosotros que lo conocemos, podemos guiarlos hacia El Buen Pastor.
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