«Antes que me llamen, yo les responderé; todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado» Isaías 65:24 NVI

Todos los días nos hacemos millones de preguntas, mientras caminamos, al hacer deporte, mientras trabajamos, en todo lugar estamos haciendo todo tipo de preguntas. Hay momentos en la que le preguntamos a alguien o a un grupo de personas sobre un tema en específico y nadie nos responde y nos desesperamos porque nada está sucediendo, no hay una devolución y porque sabes muy bien que se necesita al menos dos personas para mantener una conversación.

Hay situaciones en nuestra vida en donde parece que nadie nos puede dar una respuesta y comentamos a pensar que nos vamos a tener que conformar con el silencio, también hay circunstancia en donde comenzamos a creer que nadie nos escucha, preguntas sin respuestas, una conversación muerta, nula, preguntas al viento en donde aparece este sentimiento de soledad, abandono y tristeza.

En la Biblia vamos a encontrar cientos de personas que también se han sentido de esa manera al punto de pensar que hasta Dios ni los escuchaba.

En Salmos 77:1-2 y en 1 Samuel 1:10-11 vamos a encontrar a dos personas muy distintas, dos contextos diferentes: uno es Asaf y el otro Ana. Ambos pensaron que Dios no los escuchaba, pero estas dos personas hicieron algo extraordinario, hicieron algo en común y fue que no dejaron de hablar con Dios.



El hablar con Dios puede cambiar toda nuestra vida y como humanos tenemos una de las cosas más poderosas que es la comunicación. Todos podemos expresarnos para dar a conocer un mensaje. También Dios nos dio una habilidad para poder comunicarnos con Él directamente y esta es la oración.

La oración es lo único que está disponible para todos en cualquier momento, Dios nunca está demasiado ocupado para ti de hecho te creo para poder conversar contigo, esta es una buena noticia, por más que a pasar el tiempo el ser humano sigue creando formas y herramientas nada puede tomar el lugar de la oración.

«Me anticiparé a sus oraciones y responderé antes de que se den cuenta; incluso mientras hablan, yo oiré.» Isaías 65:24

Este verso bíblico claramente dice que Dios corre cuando se trata de ti, responde antes que te des cuenta y te escucha aun cuando piensas que no. No importa si llevas mucho tiempo conociéndolo o hace un par de minutos Dios te dice ven y hablemos. Dios tiene una vida increíble para ti realmente la tiene, pero no vamos a poder llegar hasta allá si creemos que no podemos acercarnos a Dios. Dios te ama y quiere hablar contigo. Fue Dios quien nos rescató.

«Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. No fue pagado con oro ni plata, los cuales pierden su valor, sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha.» 1 Pedro 1:18-19

No había nada en el mundo para resolver nuestro gran problema así que Jesús se entregó por completo para que podamos vivir la vida que él quiere para nosotros. Jesús será el que resuelve todos los problemas, contesta todas las preguntas, suple todas las necesidades, y corrige todos los males.

Tanto a Asaf como a Ana Dios le respondió su pedido, pero sobre todo ellos pudieron conocer a Dios y eso es lo que realmente importa. Hoy tienes la oportunidad de acercarte a Dios y hablar con Él. Dios no solo nos escucha sino que nos responde y sobre todo nos rescata, nunca hubiésemos imaginado que Dios quiere pasar una eternidad con nosotros.

No había nada en el mundo para resolver nuestro problema, así que Jesús se entregó por completo para que podamos vivir la vida que él quiere para nosotros.