«No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.» Filipenses 4.6-7

Llegó agosto y damos comienzo a nuestro mes de Oración y Ayuno, en el cual queremos enfatizar en el “PRIMERO ORÁ”. Porque normalmente la oración no es nuestra primer opción, sino más bien lo ultimo que hacemos. Es que muchas veces no creemos en el poder de la oración, y generalmente estamos muy enfocados en nuestras preocupaciones.

Pero Dios nos dice que en vez de preocuparnos y centrar nuestra atención en los problemas, necesitamos ORAR. Porque en la oración vamos a encontrar esa paz que guardará nuestro corazón y mente. Enfocarnos en los problemas nos lleva a estar inquietos, ansioso, desesperados, terminamos enfermándonos por nuestros temores porque le damos poder a las preocupaciones.

Al orar, estamos poniendo nuestra confianza en Dios. El problema es que muchos no saben orar o creen saber, pero en la realidad no. Los mismos discípulos de Jesús, siendo judíos, teniendo la costumbre y habiendo sido formados en la religión le pidieron a Jesús que les enseñe a orar (Lucas 11.1), porque notaron algo diferente en la manera de orar de Jesús.

NOSOTROS TAMBIEN NECESITAMOS APRENDER A ORAR, CONOCER A DIOS Y DISFRUTAR DE UNA RELACIÓN CERCANA CON ÉL

Necesitamos librarnos de formas y mitos que muchos llevamos con respecto a la oración y resultan en una practica sin resultados. Jesús nos enseña a ser genuinos en nuestra oración, no fingir ni hablar por hablar. (Mateo 6.5)

NO FINJAMOS, SEAMOS GENUINOS, SEAMOS NOSOTROS MISMOS AL HABLAR CON DIOS, QUE DIOS AL OIRTE PUEDA VER TU CORAZÓN Y QUIEN SOS REALMENTE

La oración es la acción de un corazón genuino y entregado, que confía en Dios, que reconoce que Dios todo lo sabe.

LA ORACIÓN NO ES ALGO QUE DIOS NECESITA DE MI, LA ORACIÓ ES LO QUE YO NECESITO

Al orar estoy reconociendo mi necesidad de Dios y de venir a Él como fuente de toda respuesta. (mateo 6.6)

De la misma manera el ayuno, nos enfoca en una relación más personal con Dios, no se trata de sacrificios para obtener algo de Dios, sino de apartar un tiempo para conocerlo mejor.

Si podemos entender que la oración nos lleva a tener una relación mas fluida con Dios nuestra perspectiva va a cambiar por completo. Porque entonces la oración va a nacer de un corazón que tiene plena confianza en un Dios que escucha, conoce y nos socorre en nuestras necesidades. (Salmos 121.1-2)

No hay para Dios situación grande o pequeña, Él disfruta de que podamos acudir a Él en toda circunstancia con plena confianza. (Mate 11.28-30)

Presentar nuestras preocupaciones a Dios es lo que nos asegura tener completa paz, aun aunque la situación no cambie a nuestro al rededor, pero podremos experimentar tranquilidad.

LA PAZ ES LA RESPUESTA VISIBLE A NUESTRAS ORACIONES, AUN FRENTE A LOS TEMORES O PROBLEMAS MÁS GRANDES (Salmo 3)

«En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, SEÑOR, me haces vivir confiado.» Salmos 4.8

Jesús es nuestra fuente de paz, esa paz que el mundo no puede darnos. Una paz que sobrepasa nuestros mas grandes temores. La oración va a cuidar tu corazón y tu mente. Por eso podemos dar gracias con un corazón que reconoce, que confía aún sin ver, que Dios va a hacer todo lo mejor para mi vida.

 

  REFLEXIÓN  

¿ESTÁ SIENDO LA ORACION MI PRIMER RECURSO EN MEDIO DE LA CRISIS? Antes de preocuparnos necesitamos orar. La oración trae paz a nuestra mente y corazón. Seamos rápidos y hagamos de la oración nuestra primera opción y recurso cada día.

¿MI ORACIÓN ESTÁ CARGADA DE MITOS Y COSTUMBRES? Muchos de nosotros no sabemos orar, y solo repetimos palabras cargadas de religión. Pero Jesús nos enseña a orar de una manera genuina y acercarnos a Él con confianza. Habla con Dios con un corazón genuino y decile todo lo que pensas y sentís.

¿ESTÁS VIVIENDO PAZ EN TU VIDA? Frente a los temores más grandes, la paz quiere obrar en nuestras vidas y darnos descanso en la noche. Corramos a Jesús y démosle el poder a Él sobre nuestras vidas y no le demos más poder a los problemas sobre nosotros.