Nuestras palabras tienen poder. Con una palabra podemos herir o sanar; inspirar muerte o vida, hundir a alguien o levantarlo. Nuestras palabras pueden empoderar o estigmatizar. Dios creó el universo a través de sus palabras… «y dijo Dios».

No subestimamos lo que decimos, porque entendemos que lo que hablamos nace de nuestro corazón. (Lucas 6.45). Entonces necesitamos examinar qué es lo que estamos dejando que haga nido en nuestros pensamientos. Dios sabe que en nuestra mente es donde libramos nuestras mas grandes batallas, por eso en la Biblia encontramos consejos para poder cuidar nuestra mente, nuestros pensamientos y emociones.

Proverbios 4.23 «sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida.»

Es decir que lo que pensamos determina las decisiones que tomamos en la vida, esto puede estancarnos o impulsarnos a seguir avanzando hacia el Futuro! Y la mejor manera de PENSAR BIEN, es enfocar intencionalmente nuestros pensamientos hacia lo que Dios dice, hacia sus pensamientos. (Filipenses 4.8 / Isaias 55.8)

Prestando atención a nuestras palabras vamos a descubrir que lo que hay realmente dentro nuestro y del mismo modo corrigiendo nuestro modo de hablar vamos a poder enfocar correctamente nuestros pensamientos.

Enfocar nuestras conversaciones hacia lo que Dios tiene para nosotros, tendrá un impacto increíble sobre nuestro futuro, porque aquello a lo que le damos prioridad en nuestras conversaciones es sin dudas a lo que le estamos dando autoridad. (Mateo 15.10)



Proverbios 18:20 «cada uno se llena con lo que dice y se sacia con lo que habla.

Entonces, HABLÁ FUTURO! Sobre las mentiras que quieren venir a atarte al pasado y no te dejan avanzar. Sobre los desafíos y dificultades que se nos presentan en el día a día. Como David eligió alabar a Dios en sus peores momentos. (Salmos 34.1) Nosotros tenemos la posibilidad de decidir a qué darle autoridad con nuestras palabras; si al problema o a lo que Dios es capaz de hacer en medio de la crisis.

Cuando hablamos vida, generamos un impacto sobre nuestra realidad, pero cuando la palabra de Dios es lo que sale de nuestra boca ese impacto es sobrenatural y podemos ver revertido cualquier imposible. (Marcos 11.22)

Si comprendemos el poder que hay en nuestras palabras, descubrimos que no solo podemos transformar nuestra realidad, sino que tenemos la posibilidad de impactar la vida de quienes nos rodean, podemos hablar futuro sobre quienes hoy no tienen esperanza! (Hechos 27.22-24)

 

  REFLEXIÓN  

¿QUÉ ESTOY PENSANDO? Lo que decimos tiene raíz en nuestro corazón, enfocar nuestros pensamientos correctamente nos impulsa a soltar el pasado y seguir avanzando hacia el futuro!

¿QUÉ ESTOY HABLANDO? Aquello que se vuelve tendencia en nuestras conversaciones será probablemente lo que gobierne nuestras emociones. Pensemos lo que hablamos y usemos nuestras palabras para dar vida.

¿CÓMO ESTOY AFECTANDO A OTROS CON MIS PALABRAS? Tenemos la posibilidad de hablar futuro sobre los que hoy se sienten desahuciados. Liderar nuestras conversaciones transformará nuestra vida y entorno.