Si miramos la vida como una película o una serie, probablemente adjudicaríamos el rol protagónico a aquellos que están logrando grandes éxitos aparentes.

De hecho al leer la siguiente historia, (Genesis 37-41) podemos cometer el error de pensar que el único protagonista es José, el soñador, quien habiendo sido odiado y vendido como esclavo por sus propios hermanos, terminó siendo gobernador sobre Egipto años mas tarde.

Pero, durante una gran hambruna, los hermanos de José acuden a Egipto en busca de comida sin saber que se encontrarían allí a su hermano. José al reconocerlos probó sus corazones pidiendo como pago la vida del menor de ellos (Benjamin) a lo que otro de sus hermanos, Judá, respondió que prefería dar su propia vida antes que ver sufrir a su padre nuevamente.

Algo en el corazón de Judá había sido transformado. Lo curioso de esto es, que si revisamos la genealogía de Jesús, nos damos cuenta que no proviene de José, el soñador y gobernador de Egipto, Jesús es descendiente de Judá, el malvado hermano que aprendió a amar y cuidar a los suyos, luego de causar y padecer en carne propia mucho dolor.

Probablemente nosotros nos identifiquemos más con Judá, alguien lleno de errores. Y tal vez llegamos a creer que no tenemos nada bueno que esperar. Pero incluso en el peor de los panoramas Dios puede hacer grandes cosas!

«Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» 2 Corintios 5.17

Dios es capaz de hacer de cada uno de nosotros una nueva criatura

Entonces si lo viejo ha quedado atrás ¿Qué es lo nuevo?

Lo nuevo es la esperanza que solo Cristo nos puede dar. Su perdón su amor aún cuando tal vez ninguno de nosotros lo merecíamos.

No podemos escapar de nosotros mismo pero sí estamos unido a Cristo tenemos la oportunidad de ser diferentes.

¿De donde viene nuestros mayores conflictos?

Viene de la mente; así como pensamos creemos e involucramos todo nuestros sentimientos y actuamos en la vida.

«¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes,» 1 Pedro 1.3-4

A veces creemos que no calificamos para ser protagonistas, que solo a los José les puede ir bien en la vida, aquellos que tienen formación, contactos, mejor posición económica.

Pero Dios piensa en nosotros, incluso los “Judá” tienen herencia. Sea de donde sea que vengamos, tenemos un papel fundamental en los planes de Dios.

Juan 15.15-16 Jesús elige llamarnos amigos y confiarnos su plan. Él se encargó de hacer su parte para hacernos protagonistas.

JESÚS NOS LLAMA AMIGOS

Un amigo te abraza, te sostiene, te ayuda, te acompaña.

Si Él nos llama amigos, conociendo nuestra condición, nuestra historia. Si Dios pudo darle a Judá una herencia tan especial, que el salvador sea de su descendencia. ¿Que no podría hacer con tu vida?

Dios puede transformar nuestro pasado roto y lamentable en una herencia increíble e inalterable

¡DIOS PUEDE HACERLO CON TU VIDA!

 

 

  REFLEXIÓN  

¿ESTOY DEJANDO QUE MI PASADO CONDICIONE MI VISIÓN SOBRE EL FUTURO? En Jesús todas las cosas son hechas nuevas. Nuestro pasado no nos determina.

¿ESTOY CAMINANDO CON JESÚS Y DEJANDO QUE EL TRANSFORME MI CORAZON Y REALIDAD?Cerca de Él es que nuestro corazón puede ser transformado para vivir sus promesas

¿ESTOY CREYENDO EN LAS PROMESAS DE DIOS SOBRE MI VIDA? Jesús nos dice que estando en Él, tenemos una herencia de bendición que no puede ser cancelada por nada ni nadie.

Vivamos esta semana enfocados en Jesús y en lo que Él tiene para nuestras vidas.

¡Lo viejo paso, ha llegado lo nuevo!