CULTURA: Conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etc.
La cultura no es algo que se dice sino algo que vivimos.
1. NO SE TRATA DE MI
Todos batallamos a menudo con eso. Todos somos líderes. No esperes una posición para accionar lo que está en tu corazón, el único título que necesitas es hijo de Dios. Fuiste creado a su imagen y semejanza, y él te dio autoridad para gobernar. Pero debemos recordar que esto no se trata de nosotros, se trata de él, aun tu trabajo se trata de él, brillas para él; los dones y talentos que Dios te da, los lugares en donde Dios te posiciona en tu trabajo, en la escuela, en la comunidad, no se tratan de ti.
Como líderes del reino, como personas de fe, no podemos tener una batalla constante con nuestro ego; tu yo te llevará a tener un espíritu que piensa que ciertas cosas son tu derecho, y cuando pienses que tenes un derecho, tu actitud te llevará a pensar que la parte que aportas es más grande que la visión a la cual perteneces.
La iglesia no potencia tu ministerio, tu ministerio potencia a la iglesia.
2. CORAZONES ENSEÑABLES
Es sumamente importante recordar este principio en la vida. Desaprender para aprender, no podremos nunca abrazarnos a lo que vendrá si seguimos aferrados a lo que fue. “Ya se” es mala palabra en nuestra comunidad. Me desafía y me encanta cruzarme con personas de edad avanzada, aún lideres con años de ministerio que se animan a pensar “todavía puedo aprender más”. Jóvenes, debemos aprender de esta gente mayor y cultivar un corazón enseñable para las nuevas formas, para los nuevos sistemas, en cada área de nuestra vida.
3. NO PERMIRTIR QUE LA COMODIDAD NOS ESTANQUE
Esto es para todos los días de nuestra vida. La zona de confort siempre será el enemigo del progreso. La comodidad produce en nosotros una cultura de mediocridad que va en contra de la excelencia. Y lo que aceptemos hoy será nuestro estándar de mañana, por eso, no permitamos que la mediocridad entre en nuestro liderazgo hoy. Quizá te ascendieron en tu trabajo, quizá te dieron la oportunidad que siempre soñaste y te sientes cómodo; has dejado de creer, de empujarte a crecer, y anulas tu fe por la comodidad. Pero Dios está diciendo “te doy a elegir: vida o muerte, bendición o maldición, hay más para ti o te puedes quedar ahí, en tu zona de confort”. Tomemos la decisión de no permitir que la comodidad nos limite.
Lo más riesgoso que podes hacer es quedarte en lo seguro.
4. PONER A LAS PERSONAS ANTES QUE A LAS REGLAS
Esto era un problema para los fariseos. Jesus no rompió las reglas, puso la más importante en el lugar donde debía estar, el priorizaba a las personas. No permitamos que las reglas de la religión estén por delante de la necesidad de las personas. Las reglas son una guía, pero no son una meta. Jesús no derramó su sangre por reglas, derramó su sangre por personas.
5. PERSEVERAR SIEMPRE (progreso viene con proceso)
Rendirse jamás será una opción, porque si nosotros tomamos esa decisión, las personas que nos rodean y que nos están mirando, también lo harán. Somos la voz de los que no tienen voz.
Tenemos que ser ejemplares con nuestra fe, con nuestro liderazgo, con nuestras convicciones, con nuestro servicio, con nuestras expectativas. Debemos nivelar elogios y críticas, ambas pueden afectarnos.
Queremos marcar una gran diferencia, por eso, como líderes, debemos tener una cultura correcta, una cultura que refleje la visión y el corazón de Dios. Rendirse es la opción más fácil, pero Dios siempre nos dice que hay más por delante para nuestras vidas.
No te detengas, alguien te está mirando.
6. ESCUCHAR / SER LAS VOCES CORRECTAS
Las voces que hablan a tu vida son muy importantes. No escuches las voces que se burlan, escucha las voces que se alinean con tu fe. ¿Qué voces estás escuchando? ¿las de los medios, las de las redes sociales, las de la política? ¿Vas a escuchar la voz de la multitud? La multitud que lo aplaudía a Jesús en su entrada a Jerusalén fue la misma que gritaba una semana después “crucifíquenlo”. Por eso es muy importante estar diariamente con la palabra de Dios y rodearte de la gente que va a hablar vida sobre ti y sobre tus sueños. Gente que va a inspirarte y a la misma vez va a corregirte y desafiarte. No todas las voces que quieren hablar a tu vida son las correctas. Y como líder, tú decides a cuáles vas a escuchar.