NUESTRA CAUSA #4 | Serie

NUESTRA CAUSA #4 | Serie

«Este es el día que hizo el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él. Señor, te ruego, ¡danos la salvación! Señor, te ruego, ¡concédenos la victoria» Salmos 118:24-25 NVI

NUESTRA CAUSA #3 | Serie

NUESTRA CAUSA #3 | Serie

«Entonces la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, se acercó a Jesús y, arrodillándose, le pidió un favor. —¿Qué quieres? —preguntó Jesús. Ella le dijo: —Ordena que en tu reino uno de estos dos hijos míos se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda. —Ustedes no saben lo que están pidiendo —respondió Jesús—. ¿Pueden acaso beber el trago amargo de la copa que yo voy a beber? —Sí, podemos. —Les aseguro que beberán de mi copa —dijo Jesús—, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde concederlo. Eso ya lo ha decidido mi Padre. Cuando lo oyeron los otros diez, se indignaron con los dos hermanos. Jesús los llamó y dijo: —Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen al pueblo y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás,…

NUESTRA CAUSA #2 | Serie

NUESTRA CAUSA #2 | Serie

«Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.» Mateo 28:19-20 NVI

NUESTRA CAUSA #1  | Serie

NUESTRA CAUSA #1 | Serie

«Todos ellos vivieron por la fe y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las miraron y les dieron la bienvenida desde la distancia. También confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido la oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios y les preparó una ciudad.».» Hebreos 11:13-16 NVI